La renovación del edificio de oficinas de la fundación Koning Boudewijn en Bruselas era un proyecto ambicioso. El edificio, del siglo XVIII, debía ofrecer confort contemporáneo, resultar claro y transparente y ofrecer un gran ahorro energético. Pero, obviamente, se debía mantener su carácter histórico. ¿Conciliar agua y fuego? Tuvimos que hacer elecciones inteligentes, comenta Sébastien Petit, del estudio de arquitectura Trio Architecture. La fundación Koning Boudewijn es una organización pluralista e independiente. Ofrece apoyo a proyectos y ciudadanos comprometidos con la creación de una sociedad mejor y que contribuyen a la justicia, la democracia y al respecto por la diversidad. La fundación desarrolla una función ejemplificadora en nuestra sociedad, afirma Petit. Y su edificio de oficinas en Bruselas debía reflejar esa vocación. Por ello, el encargo consistía en conciliar la eficiencia energética con la transparencia y el respeto por la arquitectura existente. Algo nada sencillo, porque los edificios antiguos tienen corrientes de aire y malos aislamientos en las paredes y techos. La obra nueva es mucho más sencilla.
Optimización del aislamiento del edificio No se modificó nada de la estructura del edificio; incluso se ha mantenido la carpintería. Petit comenta: "Sellamos con el máximo cuidado todas las grietas y aberturas. Ahora, el edificio presenta una estanqueidad similar a la de un edificio pasivo. Incorporamos gruesas capas de aislamiento interno en paredes y techos, pero manteniendo intacto el carácter del edificio. Estudiamos todos los detalles para descartar problemas de condensación. Para ello, colaboramos estrechamente con la Universidad Católica de Lovaina y con Xella, el proveedor del material aislante". Claridad, ahorro y estética La colaboración también fue muy estrecha con el proveedor de la iluminación, consistente en una combinación de Downlights LED Flare y luminarias suspendidas R4. "Esas luminarias ofrecen máxima eficiencia energética y, estéticamente, eran perfectas para integrarlas en nuestro diseño", comenta Petit. "Sin duda, ETAP nos ha ayudado a aumentar el ahorro. En lo que respecta al diseño, nuestra máxima preocupación fue conseguir la máxima incidencia de luz natural en las oficinas. ETAP instaló sensores que miden el nivel de luz natural disponible de forma continua. Sus sistemas de regulación se encargan de que solo se iluminen de forma artificial aquellos lugares que verdaderamente lo necesitan, lo cual redunda en un considerable ahorro energético. Además, todas las luminarias disponen de detección de movimiento. Cuando en un determinado lugar no hay nadie, la luz se apaga automáticamente". ETAP también se ocupó del alumbrado de emergencia: para la iluminación de vías de evacuación y antipánico se utilizaron luminarias K1, complementadas con luminarias de señalización K7.